En cuanto al consumo de alcohol, no es necesario abstenerse por completo de las bebidas alcohólicas durante la dieta. Sin embargo, recomendamos actuar con cautela. Dado que el organismo no puede almacenar alcohol, éste se descompone preferentemente antes que otros nutrientes, por lo que se interrumpe la quema de grasas.
Si reduce el consumo de bebidas alcohólicas a un máximo de dos veces por semana y en pequeñas cantidades, le irá bien. También se recomienda beber vino siempre con la comida, es decir, con una comida mixta. En este caso, la quema de grasas se interrumpe de todos modos durante un cierto tiempo. Calcular las calorías de las bebidas con la comida.
100 ml contienen:
- Vino blanco: aprox. 72 kcal
- Vino tinto: aprox. 84 kcal
- Cerveza/radler: aprox. 40 kcal
- Prosecco: aprox. 75 kcal
- Aperol Spritz: aprox. 118 kcal (!)